Alguna vez nos ha pasado que notamos que el coche no
va como siempre o que se nos ha encendido la luz de fallo motor
en el cuadro. En ocasiones se puede tratar de algún fallo sin importancia,
pero en otros casos conviene revisarlo para ver qué es lo que sucede.
Antiguamente, la mecánica era mucho más sencilla
y se podía solucionar el problema con la ayuda de herramientas básicas. Sin
embargo, hoy en día y debido a toda la electrónica que incluyen los coches
modernos, es necesario en la mayoría de los casos, llevar el coche al
taller.
En el taller, lo primero que se hace es conectar a
nuestro vehículo la máquina de diagnosis, para detectar donde está el fallo
de nuestro coche. Puede tratarse de un fallo esporádico y con borrarlo
es suficiente, pero también puede tratarse de un fallo importante y
gracias a esta herramienta, podemos conocer fácilmente qué es lo que está
fallando exactamente.
Con la máquina de diagnosis se pueden saber muchos
valores de los sensores de nuestro coche, saber si alguno falla y hasta
podemos saber cómo se comprueba y como se sustituye. Hoy en día es una herramienta
indispensable en cualquier taller.
Esta máquina no es más que un ordenador que se
conecta a nuestro coche mediante un cable y, gracias a un software
que incluye, podemos conocer todos los detalles del vehículo. Normalmente sólo
los talleres tienen esta máquina, ya que sería muy costoso tener una para
usar nosotros en casa.
Con los datos que nos proporciona la máquina de
diagnosis, podemos sustituir fácilmente las piezas dañadas y comprobar si el
coche ha quedado perfectamente reparado o, por el contrario, tiene algún
fallo más.
Desde pequeños sensores, hasta centralitas de motor se
pueden comprobar, siendo de gran ayuda y ahorrándonos mucho tiempo en la
diagnosis de los fallos de nuestro coche. Con media hora o una hora,
aproximadamente, podemos conocer si el coche presenta alguna anomalía y seguramente
tardaremos más en sustituir la pieza dañada.
Pero no perdáis la calma aún, ya que la luz puede encenderse por muchos motivos, la mayoría requerirán una reparación efectuada por un profesional, pero algunos de ellos no.
Desgraciadamente la mayoría de las veces el piloto se enciende debido a fallos en el sistema de control de emisiones, generalmente causados por el sensor de oxígeno (o sonda lambda) que no suelen ser especialmente baratos.
Pero hay que ser optimistas, y no siempre que se enciende la luz vamos a quedarnos necesariamente con la cartera vacía, ya que el fallo puede estar también en algunas “tonterías”.
Vamos a empezar por la tontería más chorra de todas, y que a más de uno le habrá hecho sonrojar al llegar al taller, la tapa del depósito.
Muchos coches miden la cantidad de presión que hay en el depósito de combustible, y a la vez registran tu forma de conducir, de manera que si los valores se salen de unos determinados márgenes salta la alarma.
Esto viene a decir que si el tapón del depósito no está lo suficientemente apretado, los sensores no medirán la presión adecuada y se encenderá la luz de fallo en el motor. Lo único que tienes que hacer es apretar la tapa y ver que pasa (puede llegar a pasar una semana antes de que se apague la luz).
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